Leishmaniosis: una enfermedad silenciosa que amenaza a nuestros compañeros caninos 

Leishmaniosis: una enfermedad silenciosa que amenaza a nuestros compañeros caninos 

Con la llegada del buen tiempo y el aumento de las temperaturas, los casos de leishmaniosis se disparan, lo que provoca un sufrimiento desmesurado a nuestras queridas mascotas y en casos extremos, su muerte.

Es por ello que, desde Veterinari Del Clinic, vamos a explicar en este artículo la enfermedad, cómo identificarla y cómo prevenirla. 

Leishmaniosis en perros: ¿qué es? 

La leishmaniosis es una enfermedad de carácter parasitario que contraen los caninos cuando son picados por un mosquito portador y que provoca, entre otros muchos síntomas, la alopecia, aparición de costras y la descamación. 

¿Qué tipos de leishmaniosis hay? 

Existen dos tipos de Leishmaniosis, la cutánea y la visceral. 

La Leishmaniosis cutánea afecta a la dermatología de los perros y es la más común, con un 80% de todos los casos de leishmaniosis en caninos. 

Provoca una pérdida de peso considerable, falta de energía, úlceras cutáneas y lesiones en la piel que no cicatrizan, pérdidas de visión, problemas respiratorios y mucho más. 

Como su propio nombre indica, la Leishmaniosis visceral afecta principalmente a los órganos internos del animal, como son el hígado, el bazo y la médula ósea. También provoca fiebre persistente, anemia y letargo. 

¿Cómo actuar si identificamos síntomas de leishmaniosis? 

Si identificas síntomas que pudieran indicar que tu perro tiene leishmaniosis, deberás llevarlo cuanto antes a un veterinario con el objetivo de obtener un diagnóstico y tratamientos adecuados. 

En caso de que los síntomas sean cutáneos, y aunque es difícil que la leishmaniosis se contagie de perros a humanos, será recomendable no tocar esas características úlceras y heridas. 

¿Cómo prevenir la leishmaniosis? 

Muchas veces nos centramos en las soluciones que se pueden poner una vez nuestra mascota está infectada, pero lo realmente importante es prevenir, con el objetivo de intentar no llegar a la situación de necesitar paliar. Para ello debemos evitar áreas de alto riesgo, que son aquellas cálidas y húmedas, sobre todo durante el verano y la primavera. 

También podemos emplear repelentes de insectos, consultando a nuestro veterinario de confianza cuál es el mejor para el perro y que no lo va a dañar. 

No dejar al perro durmiendo en la calle toda la noche, podría ser objeto de todas esas picaduras que queremos evitar. 

Por último, y es la forma más eficaz para su prevención, mantener las vacunas de tu perro contra la leishmaniosis en riguroso seguimiento y cumplimiento.